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Angélica Otazú – « La masculinidad en la tradición religiosa guaraní »
1. Introducción
Este texto plantea la idea de masculinidad en la tradición religiosa indígena latinoamericana, centrada en la cultura de los guaraní, puesto que en esta región hay una multitud de pueblos con su(s) lengua(s) y cultura. El territorio del pueblo guaraní abarcaba gran parte del Río de la Plata, probablemente, desde hace 2000 años, y se estima que han emigrado desde la cuenca amazónica,[1] a las selvas subtropicales del Alto Paraná, del Paraguay y Uruguay.
La idea de masculinidad se puede deducir de algunas manifestaciones culturales, como la asignación de los roles a mujeres y varones para la realización de las actividades cotidianas, y la forma de hablar. En esta cultura, normalmente, se respeta el rol de cada uno. Las principales fuentes son los estudios etnográficos y antropológicos de la cultura guaraní y los testimonios recopilados entre los nativos; y por la complejidad del tema se abarcará solo algunos aspectos de dicha cultura, a fin de detectar una referencia que nos aproxime a la auténtica identidad y lo que les mueve a actuar de tal manera, así como los argumentos del modo de ser guaraní.
En este contexto, las preguntas que guían nuestro trabajo serán: ¿Cuál es la expresión cultural que refleja más apropiadamente la idea de la masculinidad? ¿Cuáles son los fundamentos de los roles asignados según cada género? ¿Cuál es el papel de la religiosidad en la división sexual del trabajo? ¿Cuál es la perspectiva de la práctica tradicional y ancestral, bajo la presión social, económica y política actual?
Para ahondar en el tema, se considera que las características de la lengua guaraní es un buen punto de partida para indagar y profundizar sobre las costumbres de este pueblo. Pues la lengua guaraní tiene la particularidad de contar con un vocabulario propio de la mujer y del varón, posee además un vocabulario familiar común. Lógicamente, la expresión cultural permite descifrar cómo se comprenden a sí mismos y su relación con los demás seres vivos. Para ello estableceremos diversos ejemplos, que describen con precisión lo que venimos afirmando.
La intencionalidad de esta diferenciación será difícil de determinar, sin embargo, deja entrever que la cultura distingue los roles de las personas de ambos sexos y que esta tradición sería de larga data, puesto que dispone de un amplio vocabulario de parentesco. La comunicación, primordialmente oral, es otra característica de la lengua guaraní, que refuerza la trasmisión de generación en generación para dinamizar la vivencia y tradición.
La nomenclatura del parentesco es otra vía de acceso a la cultura, que constituye una riqueza singular. La misma explica no solamente la masculinidad y feminidad, sino también el desarrollo de la lengua y la capacidad de expresión oral del pueblo, al mismo tiempo, estampa la sabiduría de los pobladores y su sociedad. Describe la estructura interna de la organización de la nación guaraní. Presentamos a continuación, los aspectos considerados determinantes en la concepción de la masculinidad en la cultura mencionada, la impronta de la religiosidad en la idea de género, la división sexual del trabajo, la vestimenta, y las características de la familia lingüística tupí-guaraní.
[1] Donde se formaron como grupo desde unos 3000 a 2500 años atrás. Ver Bartomeu Melià, El guaraní: Experiencia religiosa, Asunción: CEPAG, 1991, p. 14.